gestión dinámica

El concepto de gestión financiera es muy amplio, puesto que debe entenderse como las funciones de dirección global, es decir, coherente, de cuanto se refiere a la planificación, previsión, empleo, control o auditoría y rentabilidad de fondos o de transacciones que generan o absorben recursos de liquidez o capital financiero. La gestión financiera es indispensable en cualquier actividad organizada o sujeta a una planificación o presupuesto, tanto si es económica como social, pública como privada. Los recursos financieros son limitados y costosos, por lo que la gestión financiera debe compatibilizar las demandas de recursos para la consecución de unos objetivos, entre los que siempre estará incluido el obtener la máxima rentabilidad, unas veces en forma de crecimiento de los recursos empleados por la productividad obtenida con los mismos, otros mediante el empleo de un volumen determinado de recursos para cubrir con la máxima eficiencia, y si es posible ahorro, un presupuesto.

La gestión financiera va a estar manejando constantemente cinco parámetros conflictivos relativos a los recursos financieros: volumen, tiempo, coste, riesgo, rentabilidad. Este último no es de la exclusiva responsabilidad del gestor financiero, salvo en lo que corresponde al empleo de recursos financieros en tanto no estén aplicados a los objetivos para los que están previstos y en la justeza y coste del volumen utilizado. En efecto, la rentabilidad de los capitales adscritos a la consecución de determinados objetivos, va a depender tanto del coste de los recursos como de la productividad de esos objetivos, definida por la bondad de los proyectos o inversiones como por la calidad de la gestión de esas inversiones.

La gestión financiera se ha complicado notablemente, tanto por la volatilidad de los tipos de interés como por los riesgos inherentes a la liquidez y el crédito. En el ámbito empresarial cuenta también la disponibilidad de recursos financieros "just in time". En efecto, si la competitividad ha llevado a la técnicas de stock cero y de reposición de todos los factores de producción en el momento justo en que son necesarios, incluso a las técnicas de plani-ficación de producción bajo pedido, es evidente que en el ámbito financiero, cuyos costes son, por lo general, elevados, las técnicas de ajuste en el tiempo y en el volumen a la demanda para cumplir las obligaciones financieras de todo tipo, en el momento justo y al menor coste posible, son un factor esencial en la gestión financiera.

En la gestión financiera hay dos áreas bien diferenciadas pero necesariamente coordinadas: una es la que gestiona todos los flujos relacionados con la explotación y producción (operaciones financieras con origen económico) y otra que gestiona recursos con origen financiero.

Estos dos sectores de actividad influyen en la rentabilidad de los recursos propios y en la estabilidad y solvencia de la empresa. Son responsabilidad directa de la gestión financiera, si bien ésta en algunos aspectos deberá someterse a la estrategia y planificación global de la empresa, pero es, precisamente el gestor financiero, quien evaluará finalmente la viabilidad de los proyectos en función de los costes de financiación de los mismos y los resultados que le ofrezcan los gestores de la producción o explotación.

Es normal que el segmento financiero de origen económico sea demandante de recursos financieros, pero precisamente devolverá acrecentados estos recursos, lo que originará un excedente cuya gestión optimizada corresponde al gestor financiero.

Cada tipo de flujos reseñados en el esquema tiene su propia estrategia de gestión para optimizar su función en la economía financiera de la empresa, tomando en cuenta la interdependencia de esos flujos y la repercusión que los desajustes puede provocar en la productividad de la actividad empresarial.

Los flujos no surgen espontáneamente. Hasta llegar a los flujos de caja y consiguientemente al ajuste de la posición financiera global, proceso dinámico que se esta rehaciendo constantemente, habrá que haber pasado en cada operación que compone los diferentes tipos de flujos, por procesos de planificación y toma de decisiones de diferente índole, negociación de contratos o convenios, seguimiento de su cumplimiento, adopción de soluciones alternativas por desajustes o desviaciones, etc.

Por cuanto queda dicho la gestión financiera abarca un amplio número de funciones y tiene características esenciales en el ámbito de la gestión empresarial, como es el dinamismo y la exactitud. El deterioro financiero de una empresa es mucho más factible y de rápida evolución que el deterioro económico y los errores de cálculo en la demanda financiera de la actividad empresarial tienen un coste adicional que grava muy directamente el rendimiento final y la imagen de solvencia de la empresa. En esta obra no hay lugar para ampliar como se merece el concepto de gestión empresarial más de lo que hemos visto anteriormente. Remitimos, no obstante, al lector, a otros artículos en donde se examinan temas conexos o incluidos en este concepto.

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