gestión integral de activos y pasivos

El concepto de gestión integral en estas entidades no es nuevo. Incluso cuando no existían modelos definidos de gestión ni me-dios tecnológicos para pasar de la fase de diseño a la de aplicación práctica, los banqueros tenían que partir de su posición global diaria para tomar decisiones, y no sólo de esa posición global, sino que se ingeniaban para conocer el desglose de los pools de activos y pasivos por vencimientos, porque una de sus obligaciones fundamentales era y es el mantenimiento de diferentes grados de liquidez, cuestión clave y consustancial con el negocio bancario. Pero no sólo se preocupaban diariamente de la liquidez. Si su objetivo era y es obtener un margen de la intermediación financiera que permita cubrir los costes, los riesgos de la actividad e incrementar la solvencia de la empresa, más retribuir adecuadamente el capital invertido, la gestión global o integral no sólo abarca los aspectos posicionales, sino que debe evaluar las estrategias a seguir para mantener el negocio competitivo y posibilitar su crecimiento y consolidación. Esto implica que la adopción de decisiones de inversión/desinversión y acciones sobre el mercado deben contemplar todas las variables que van a determinar el resultado a corto y largo plazo.

Si en el momento presente se pone de relieve la necesidad de aplicar modelos más sofisticados de gestión integral de activos y pasivos es porque la volatilidad de los mercados financieros y el incremento de los riesgos, junto a una creciente competitividad e invasión de la tecnología como elemento decisivo en el mantenimiento del negocio como tal, es una batalla en la que todos los equipos de planificación y estrategias a largo plazo de las entidades de crédito están sumidos, porque las estructuras de gestión también han resultado afectadas y hay que compatibilizar compromisos de todo tipo y situaciones de acelerada obsolescencia en los equipos de gestión, con avances sustanciales que permitan una transición que tiene un período corto de mudanza.

Por consiguiente, la gestión integrada de activos y pasivos es función de la cúpula directiva y ésta tiene que disponer de gestores avezados en todos los campos de la gestión tanto interna como del conocimiento y evaluación del entorno económico, político y de competencia. La evaluación de los riesgos y de los resultados, así como la toma de decisiones sobre la organización y orientación de las actividades, del desarrollo y utilización de las tecnologías son componentes de la gestión integrada de activos y pasivos contemplada no sólo en el aspecto del día a día, sino en la proyección hacia el futuro de la actividad empresarial.

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