mercados numismáticos

Los mercados numismáticos surgen por el afán de coleccionismo del hombre, como sucede con la filatelia y otros muchos objetos fabricados o naturales. Aunque muchas monedas tienen valor intrínseco, el valor numismático de una moneda no se basa exactamente en las cualidades del metal, aunque lógicamente las monedas más valiosas suelen ser las de oro. Influye notablemente, en relación con las monedas antiguas, el número de ellas que ha llegado hasta nuestros días y el estado de conservación de cada pieza. Evidentemente, cuanto menor fueran el número de piezas acuñadas de una determinada moneda, menos probable es que exista un gran número de ellas. Por otra parte, la ley efectiva de las monedas con valor íntrinseco superior al facial influía notablemente en la circulación, como enunció Gresham, y consecuentemente las monedas mejor conservadas son aquellas que menos circularon, porque su destino era ser atesoradas como medio de conservar riqueza.
En la actualidad existe una tendencia a coleccionar monedas con fines de inversión rentable, lo que está favorecido por emisiones especiales realizadas por numerosos gobiernos, tanto de monedas que fueron acuñadas en su día como moneda de curso legal, cuando los billetes eran convertibles, como de monedas o medallas conmemorativas que se realizan en series limitadas y frecuentemente con certificación de autenticidad y garantía de ley. Las monedas que se cotizan en los mercados mundiales de oro y plata y que se venden por los bancos no son objeto de coleccionismo y su compra como inversión es análoga a la que puede realizarse adquiriendo dichos metales en lingotes pequeños que también son comercializados. La inversión numismática sí alcanza a las emisiones de monedas o medallas conmemorativa y, por supuesto, a las emisiones de monedas que circularon en el pasado. Pero en este caso, como sucede con la filatelia, el dominio numismático es indispensable para obtener precios ajustados en las compras y ese dominio implica el conocimiento de colecciones importantes y del valor de las piezas en subastas y en establecimientos numismáticos. La consulta a tasadores y expertos en las monedas que se deseen adquirir o vender resultará siempre conveniente. En cuanto a las características de este mercado son las mismas del filatélico en cuanto a su liquidez y sensibilidad a las coyunturas financieras y económicas, por lo que tampoco puede considerarse como una inversión recurso, es decir, de la que pueda salirse en cualquier momento, sino que exige si no se quiere dejar de obtener una rentabilidad o incluso incurrir en pérdidas esperar el momento oportuno.

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