préstamos a interés variable

Los préstamos a interés variable tienen su origen en la volatilidad de los tipos de interés. En efecto, éstos son influenciados rápida y profundamente por los procesos inflacionarios y las políticas aplicadas para su contención, así como por toda suerte de inestabilidad política y económica, desconfianza, inquietud y fenómenos cíclicos de espansión, estancamiento y depresión.

Naturalmente, en los países la revisión de intereses ha sido practicada desde muy antiguo. Cabe recordar que la revisión en mercados muy volátiles como consecuencia de fases de hiperinflación llegaba a ser diaria, como fue el caso de Alemania en los años inmediatos siguientes a la Primera Guerra Mundial.

Más recientemente, a nivel mundial, como consecuencia de la pérdida de valor de las monedas y de la expansión de los mercados financieros internacionales, representados primero por el "eurodolar" y luego por las principales monedas, por lo que se acuñó el nombre de "euromercados", se generaliza la práctica de los intereses variables referenciados a un tipo significativo, generalmente de mercado interbancario (el más utilizado fue el LIBOR), en los préstamos a medio y largo plazo. La razón fue y sigue siendo la asimetría entre el activo y pasivo del sector bancario. En efecto, en tanto que los fondos se captan normalmente a corto plazo, y por consiguiente su remuneración sigue de cerca la evolución del mercado, los préstamos y créditos cada vez más se han ido demandando a largo plazo y, lógicamente, el establecimiento de tipos de interés fijo hubiera conducido a asumir unos riesgos de tipo de interés muy considerables. Por consiguiente, se impuso la práctica de la revisión de tipos de interés, con periodicidad corta, frecuentemente tres o seis meses en los mercados internacionales.
En los mercados bancarios la revisión de los tipos de interés se atiene a los usos bancarios de cada país y también al tipo de préstamo. Así, en España, para el préstamo hipotecario de financiación de viviendas es frecuente la revisión anual, e incluso la financiación de las viviendas de protección oficial, en la normativa reciente, acoge la revisión periódica de los tipos de interés. A nivel del préstamo empresarial, cada vez más frecuentemente se establecen los tipos de intereses revisables, precisamente para los préstamos importantes y los clientes con capacidad de negociación. Es decir, que las entidades tienden a asegurar en las épocas de carestía del crédito como las actuales, la aplicación de tipos bastante elevados que contemplados a largo plazo es muy probable que dejen un beneficio sustancioso. El riesgo de tipo de interés se cubre con una prima muy alta que naturalmente no se avienen a soportar las empresas que pueden negociar un crédito a tipo de interés variable.

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