Mercados e Instrumentos Financieros
01-06-2017
Las Cédulas y bonos hipotecarios son títulos (nominativos, a la orden o al portador) respaldados por el volumen de los préstamos hipotecarios que tiene otorgados su emisor. Ambos se emiten en plazos similares, generalmente en el tramo comprendido entre uno y tres años, aunque en ocasiones se emiten con plazos de hasta diez años.
Los emisores de estos títulos son los bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito, entidades de financiación, sociedades de crédito hipotecario y fondos hipotecarios.
La entidad o entidades emisoras se comprometen al abono de los intereses (fijos o variables) correspondientes o procedentes de las cuotas ingresadas por los prestatarios de los préstamos hipotecarios. De esta forma, los intereses o las rentas de los títulos aparecen ligados a las características de los préstamos hipotecarios y éstos sirven como garantía (real por ser bienes físicos hipotecables) para el pago periódico de intereses y la amortización del principal de cada título.
Tanto los bonos como las cédulas hipotecarias pueden ser enajenados antes de su vencimiento en un mercado secundario creado al efecto y que goza de un volumen importante de negociación.
Por otra parte, estos títulos pueden tener también interés variable (con un margen fijo sobre el interés de referencia).