2. 1. Dirección Estratégica

La clave reside en un especial interés en poner en evidencia los valores que caracterizan una auténtica Dirección Estratégica por contraposición con la Planificación tradicional, sin entrar a dirimir ventajas o inconvenientes de ambas, porque la validez de cada concepto debe evaluarse en correspondencia con el momento en que tiene lugar.

Debe también ayudarse a ordenar las ideas empezando por el principio, el punto cero, al que concedemos gran importancia como origen de la trayectoria a seguir.

Muchas empresas, movidas por la necesidad que genera la propia dinámica de trabajo, pasan de puntillas por estos puntos sin analizar, no sólo donde están, sino como han llegado y cuales son los por qués que han determinado esa situación.

A partir de ahí, una inteligente anticipación del entorno futuro puede ayudar a elegir el camino, evaluarlo, recorrerlo y prever respuestas contingenciales cuando las desviaciones se produzcan.

La Dirección Estratégica puede ser enormemente eficaz en el cómo, en su doble vertiente de análisis y desarrollo; carencias a suplir, ejecución y control. Asimismo, es importante encuadrarla en una visión general:

Finalmente deben apuntarse una serie de hipótesis o desafíos tratando de destacar los rasgos que, desde el presente, pueden configurar el futuro de la organización. El entorno en que se desarrolla la actividad, marcará el futuro camino de la organización y la manera en que los empresarios contemplen el binomio riesgo-rendimiento de su actividad.

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