1. INTRODUCCIÓN A LOS RECURSOS HUMANOS

En los últimos años, la Política y Dirección de Recursos Humanos está recibiendo una especial atención por parte de muchos estudiosos, tanto en Escuelas de Negocios como en Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales. Ese interés académico se ve complementado por la difusión de los denominados departamentos de Recursos Humanos en muchas empresas.

¿Es pertinente –en el sentido de apropiado y conveniente- la dedicación de tantos esfuerzos a esta cuestión?

La respuesta no puede ser sino afirmativa y, además, rotunda. La empresa es una entidad marcada por el objetivo de la rentabilidad. Pero, a la vez, es el ámbito en el que desarrollan su vida cientos de millones personas en todo el planeta. Resultan reduccionistas –y al cabo perjudiciales- las simplificaciones. Es signo de mediocridad no percibir lo sublime que sucede a nuestro lado. Merecerían ser calificados de anodinos aquellos directivos que centrasen tanto su interés en alcanzar determinados objetivos de carácter crematístico, que olvidasen que, siendo ése un aspecto fundamental de toda entidad mercantil, no es el único. Permitir –y en la medida de lo posible contribuir- al desarrollo integral de la persona no debería ser un "opcional", sino una meta asumida por quienes ocupan puestos de gobierno en una Compañía.

Que esto no sucede en demasiadas ocasiones, no debe ser objeto de desánimo, sino de estímulo. Como bien se ha dicho, los problemas son ocasiones de mejora. Aunque mucho se ha hecho en pro del respeto de la dignidad de la persona en cuanto trabajador, es grande el camino que queda por recorrer. Los estudiosos de Recursos Humanos tienen sobre sus espaldas parte de esa responsabilidad. Sería profundamente insuficiente un análisis que condujese a fórmulas mecanicistas de carácter pauloviano-conductista, como si la persona reaccionase, al igual que los animales, mediante el sistema de estímulo-respuesta.

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