6. 2. Alinear objetivos organizativos y del personal

A pesar de todo, hay caminos convergentes, caminos que se basan fundamentalmente en potenciar las capacidades de todos los que componen la empresa y que la hacen "suya", no apoyados en valores sentimentales sino nacidos de su propio interés. Son caminos que se abren cuando se aborda de una manera formal y estructurada el proceso de integración.

Primero tratando de enfocar el proceso desde una óptica de Marketing visualizando el posicionamiento y el grupo objetivo. Después analizando los elementos implicados en el proceso: interés que suscita, cómo se desarrolla, como se mantiene, factores desestabilizantes, coste que comporta, etc.

Ahora bien, esa convergencia de que hablábamos solo se consigue cuando las fuerzas que representan los intereses de la empresa y de los trabajadores se orientan hacia el mismo punto y con la misma intensidad haciendo posible un equilibrio estable y por tanto con garantías de continuidad. Es lo que denominamos la fuerza integradora, como representación ilustrada de los esfuerzos necesarios.

La realidad no camina a menudo por ese sendero. Y sin embargo cobra cada día más importancia. Porque los valores diferenciales, más necesarios que nunca, escasean, y tal vez en el comportamiento humano esté la respuesta.

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